El docente Julio Pereyra ganó el Premio Iberoamericano a la Labor Docente, que otorga la Asociación Educar para el Desarrollo Humano. Con su proyecto "Escuelitas ambulantes, caminos de tiza", el profesor recorre diversos puntos de la tierra colorada dejando huellas en el corazón de cada alumno.
“Sólo soy un educador comunitario que cree en la inclusión y la diversidad. Creo que la educación brinda oportunidades y estoy convencido de que cada tiza que gasto es una bala que no se dispara; que cada escuelita que fundó es una cárcel que no se construye y que las grandes escuelas están donde los grandes maestros y no donde los grandes edificios”, expresó el docente en las redes sociales.
Junto a experiencias de Colombia, México, España y otras argentinas, su propuesta fue la única misionera en carrera por el trabajo educativo- comunitario en contextos rurales, basurales, selváticos (interculturales- bilingües) y urbanos- barriales con niños y jóvenes con discapacidad. El trabajo ganador se desarrolló en conjunto con el Aula Satélite de la Escuela Intercultural Bilingüe (EIB) 761 Comunidad Ka’a guy Porá (II) en Andresito. Aunque su asesoramiento docente se extiende a Gobernador Roca, Colonia Yacutinga, San Gotardo, Capioví, Aristóbulo del Valle y Andresito.
En relación a su proyecto ‘Caminos de tiza’ , el docente explicó: “Creé la única propuesta de educación itinerante en América que alterna el apoyo escolar y la alfabetización inicial con una mirada terapéutica pedagógica. Me enfoco en los niños que tienen discapacidad. Entonces, utilizo la lengua de señas, comunicación alternativa y aumentativa y les enseñó a los papás la estimulación temprana y oportuna”.
“También los alfabetizó desde contenidos vinculados a la atención primaria de la salud y la Educación Sexual Integral, entre otros. Porque la idea es darle oportunidades a través de la generación de recursos educativos y eso, también incluye a los padres”, continuó el docente haciendo referencia a que en su labor educativa brinda incluso asesoramiento a los padres, para que tengan las herramientas necesarias para ayudar a sus hijos.
“Es un honor compartir mi labor educativa y que mis aportes sean valorados por profesionales y docentes de toda América”.
“Gracias a la vida, por darme la oportunidad de tener unos viejos que no se rindieron: sus noches de hospital, curaciones, y miedos. Gracias por enseñarme que uno es rico por lo que da, no por lo que tiene. Espero estén orgullosos de mí, de mis logros, de lo que he superado. Hoy le gané una al sistema”, concluyó el maestro, emocionado.