El 16 de marzo se celebró un nuevo aniversario de la inauguración en 1812 de la primera Biblioteca Pública de Buenos Aires, que había sido creada el 13 de septiembre de 1810 por decreto de la Junta de Gobierno de la Revolución de Mayo.
En 1884, al federalizarse la Ciudad de Buenos Aires, la biblioteca pasó a la órbita del Poder Ejecutivo y cambió su denominación a Biblioteca Nacional Mariano Moreno, adoptando el nombre de uno sus principales impulsores.
Desde 1992 y hasta la actualidad, funciona en el predio del barrio porteño de Recoleta, comprendido entre las calles Agüero y Austria, y las avenidas Las Heras y del Libertador –terrenos que correspondieron al antiguo Palacio Unzué–.
Carolina Zapata es asesora técnica bibliotecológica en la Dirección de Servicios al público de la Biblioteca Nacional.
En diálogo con Radio Nacional, reivindica como la “misión preponderante” que tiene la institución “custodiar, registrar, preservar y difundir el patrimonio” cultural.
En ese marco, describe la tarea central que cumplen las y los bibliotecarios en “garantizar el acceso a la información de forma pública y gratuita”, a partir de la articulación con otras disciplinas.
Vale aclarar que la Biblioteca cuenta, a su vez, con la Escuela Nacional de Bibliotecarios que es una dependencia de capacitación técnica creada el 10 de septiembre de 1956, durante la gestión de Jorge Luis Borges, y desde entonces ha formado a muchos de los más destacados profesionales de la bibliotecología argentina.
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