El gobierno nacional finalmente desreguló las obras sociales a través del decreto 170/2024, publicado el pasado miércoles en el boletín oficial, por lo que a partir del 1 de marzo las personas podrán “elegir libremente” su sistema de salud. En este esquema el interrogante se abre con las personas con alguna discapacidad o con enfermedades preexistentes quienes encuentran serias dificultades a la hora de acceder a un plan de medicina prepaga ya sea por el costo o porque directamente no son aceptadas.
Ernesto Gagliano, médico sanitarista, dijo en Nacional Informa Verano que dicha medida “afectará inexorablemente al sistema público y a las obras sociales” por el modo en que se financia el sistema que, de por sí, es diverso y fragmentado. “La situación general de empobrecimiento de los estados y el incremento exorbitantes de las prepagas hará que la situación se agrave en poco tiempo”, advirtió Gagliano y subrayó que “las posibilidades se van a reducir significativamente”.
En Argentina el sistema de salud está fragmentado en el sector estatal, que a su vez tiene divisiones a nivel nacional, provincial y municipal, en las prepagas y las obras sociales, quienes a su vez reciben aportes de los trabajadores y empleadores para su financiamiento. “Las prepagas tienen una cobertura muy diferenciada según la empresa y el plan, y en una Argentina con una enorme fragmentación y segmentación, no todos tienen la misma accesibilidad”, finalizó.
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