Esta emisión de Historias Fragmentadas se enmarca nuevamente en el derecho a la identidad, más específicamente para desmitificar que luego de la aparición y restitución de un nieto secuestrado o nacido en cautivero durante la última dictadura, el desenlace es "fueron felices y comieron perdices", comprendiendo que el proceso posterior implica el reencuentro con la verdad, asumir la mentira y ordenar las piezas de la información genética y herencia cultural de cada persona.
Conrado Geiger conversa con Guillermo Pérez Roisinblit, nieto restituidio, hoy comprometido con la labor por la verdad, la memoria y la justicia. La charla se sitúa en el año 2000 cuando se encuentra por primera vez con su hermana Mariana quien lo había estado buscando junto a su abuela materna Rosa Roisinblit, su reacción y emociones, hasta ese momento nunca había imaginado que podía no ser hijo de quienes se llamaban sus padres y desconocía gran parte de lo ocurrido durante la dictadura. Desde su primera visita a la sede de Abuelas, todo lo que siguió a continuación en su vida, implicó trabajar en pos de la recuperación de su historia y de la construcción de una memoria colectiva.
Había una abuelita muy bajita, muy pero muy bajita, con una cadencia en el tono de su voz, súper dulce, súper amorosa, el estereotipo de una abuelita de la televisión le encajaba perfecto. Ella es quien me abre la puerta, me pregunta si quiero tomar algo, le digo que tomaría un café y mientras me estaban explicando cómo habían dado conmigo, me trae el café con las manos temblorosas. Era mi abuela paterna, Argentina.
Si tenés dudas sobre tu identidad o conocés a alguien que puede ser hijo de desaparecidos, contactate con Abuelas: 011-4384-0983.
Guillermo junto a su abuela Rosa T. de Roisinblit, vicepresidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo.