"Hay que entender que hay una campaña de embarrar las campañas de vacunación y desprestigiar las palabras de inmunólogos y científicos a través de los medios por razones estrictamente políticas", señaló, en diálogo con NORTE GRANDE, Belén Almejun, bióloga molecular, inmunóloga, investigadora del CONICET y docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

"A lo largo de la pandemia, nos encontramos con muchos casos de remedios caseros que en realidad son muy tóxicos o dañinos. Y también muchos con el supuesto tratamiento del dióxido de cloro, una sustancia que se usa para blanquear papel. La inmunidad, como en cualquier vacuna, uno tiene que esperar entre 14 y 28 días. Hay dos tipos grandes de inmunidad, la de los anticuerpos pero no es la más importante para virus intracelular. La otra es la inmunidad celular que es la que se encarga de reconocer al patógeno", dijo.

Almejun aclaró que "existen distintos tipos de vacunas, hay algunas que son estériles y no podemos contagiarnos y por ende no contagiamos. Otras son las que evitan hospitalizaciones y muertes, no desarrollan patologías graves, pero no quiere decir que estemos completamente protegidos. La vacunación es una situación social, necesitamos vacunarnos mucho para protegernos entre todos. La vacuna es un hito histórico en la humanidad. Los antivacunas persisten porque las enfermedades están dispersas y no son tan letales; sino su reacción sería otra". Y amplió que "las vacunas que se aplican en Argentina son Sputnik V, que muchos la trataron de veneno y termina siendo una de las más efectivas del mundo, Astra Zeneca, Sinopharm. Todas tienen un nivel de eficacia muy alto y seguro para la población".

La bióloga aclaró que "acá en Argentina tuvimos un brote de sarampión después de muchísimos años, por un hueco en la campaña de vacunación. No debemos dejar de comunicar que las vacunas son el tratamiento más seguro que existe porque no tratan a la enfermedad en actividad. Las vacunas no generan resistencia como sí lo hacen los antibióticos. Hay que salir y concientizar más sobre la necesidad y la importancia de la vacunación. Estas se aplican sobre población sana y por ello están más que estudiados que no hayan efectos adversos".

"Esta pandemia demuestra que la interacción entre el hombre y la naturaleza no está siendo la adecuada. La extensión de la frontera agrícola es cambiar nuestro ecosistema, deberíamos reflexionar. Yo pensaba que la pandemia iba a ser una oportunidad de rever estas cosas. También demostró la diferencia que hay en el acceso a la salud. En el 2007 había publicaciones que alertaban de un coronavirus en cuevas de murciélagos potencialmente contagiosas para humanos, Hubo alarmas para capacitar al sistema de salud en materia respiratoria", concluyó.