Tras la última decisión judicial en el marco de la causa que condenó a la monja Luisa Toledo por privación ilegítima de la libertad en perjuicio de dos religiosas, la expriora del convento Carmelitas Descalzas de Nogoyá, comenzó a cumplir la pena en la Unidad Penal 6 de Paraná. Toledo llegó a la Unidad Penal de mujeres el martes luego de ser condenada en 2019 a tres años de prisión, después de cinco años de investigación judicial, tras una nota periodística de la Revista Análisis en 2016. Marcelo Albarenque, hermano de una de las internas que denunció sus abusos, destacó que “no se buscaba que Toledo quede presa sino echar luz sobre esta trama siniestra”, afirmó.