Apunta a "hackear a la operación bikini" para "llegar al verano" e inundar las redes sociales de fotos de mujeres con cuerpos reales y alentar a salir a este verano 2022 "soltando la panza".
"'#HermanaSoltaLaPanza' es mucho más que soltar la panza, es soltar la vergüenza que nos siembran con millones de imágenes que no se nos parecen. Es empezar a salir del odio aprendido hacia nuestros cuerpos, de la vergüenza de no encajar en un modelo creado para que no encajemos", explicaron desde @mujeresquenofuerontapa.
Lala Pasquinelli, creadora de la iniciativa, nos cuenta un poco de qué se trata.
Esta campaña implica soltar algo más que la panza. Es exiliarnos del diálogo interno que nos maltrata, de tratarnos con la crueldad con la que ya nos trata el mundo, de decirnos cosas que por lo dolorosas no se las diríamos a nadie.
Mujeres que no fueron tapa nos invita a salir de ese diálogo, dejar de usar esas palabras y juicios aprendidos para referirnos a nuestros cuerpos. Esa es la clave. Poner freno a quienes aún siendo próximes, aún queriéndonos, nos juzgan y pretenden decirnos lo que tenemos que hacer para encajar. Y las preguntas a las que nos lleva MQNFT a hacernos: ¿Qué se dicen a ustedes mismas en relación a sus cuerpos? ¿Cómo hacen para silenciar o bajarle el volumen a las voces del maltrato? ¿Cómo hacen para frenar los comentarios y opiniones no solicitadas sobre sus cuerpos y sus hábitos?
Desde su cuenta de Instagram se pueden leer algunos de los miles de testimonios de mujeres y feminidades que aportaron su mirada sobre cómo el mandato de la delgadez repercutió sobre sus propios cuerpos y la mirada sobre ellas mismas:
"Era 'chata' antes de la pandemia, que me agarró pisando los 30, iniciando un tratamiento por trastorno de ansiedad y sufriendo violencia laboral. En el medio falleció una de las personas más importantes de mi vida y hubo y hay días (muchos) en los que me cuesta levantarme. Aún así, no me perdono haber engordado y no verme como antes. Me da vergüenza, me cuesta aceptar mi imagen", cuenta uno de los testimonios anónimos.
Y desde la cuenta se les da respuesta:
Otro de los testimonios cuenta: "Paso veranos enteros en playas y piletas tapada. Me encantaría que no me importe y ahora tengo 42. Usar bikini y tener panza parecería un delito. Quiero disfrutar del sol y la pile. Me quedan dos meses pero para que no me importe lo que piensen", dice el mensaje.
A su vez, publicaron fotos que llegaron de todas partes del país de mujeres posando y mostrando sus panzas que escapan de los parámetros hegemónicos de belleza: "Panzas de mamá e hija de 7 años, que todos los días dice que está gorda y sufre gracias a comentarios que le han hecho muchas veces personas adultas", comienza el texto que acompaña a una de las imágenes.
Otro testimonio: “Es la primera vez que me doy cuenta, a mis 38 años, que mi panza es normal, que es parecida a la mayoría de las panzas. Increíble cómo nos venden imágenes de cuerpos súper minoritarios como si eso fuese lo normal o lo más común. ¡Qué loco hacer ese clic y qué necesarios estos espacios para hacerlo!”, dice una de las tantas respuestas que disparó esta campaña.
Además de querer mostrar panzas naturales y no en pose para lucir lo más delgada posible, muchas de las fotos compartidas muestran cicatrices, estrías, tatuajes, manchas, y otras características propias de la piel, que muchas veces se tratan de anular por verse “poco estéticas”.
El miércoles 17 a las 19 horas Lala, realizará un encuentro vía zoom bajo la consigna "Hermana soltá la panza": "La idea es encontrarnos para compartir, poner en común nuestras historias", dice la organizadora.
"Trabajar sobre qué significa soltar la panza para nosotras, cómo lo hacemos, a través de qué herramientas, y ponerlo en común. Cómo construir redes con otras y nuestros mundos más amigables para nuestras prácticas y cuerpos", finaliza e invita, una vez más, a hackear a la operación bikini para "llegar al verano".
Informe: Soledad Ianniello
Etiquetas: Área de Géneros, Redes Sociales