Mendoza ha salido del default tras caer en este estado en 2020, por una negociación con los acreedores privados. Esto significa que llegó a esa situación por primera vez en su historia contó en Muchas Gracias el economista Nicolás Aroma quien agregó que el problema se traslada al 2023 cuando tenga que hacer frente a pagos de capital.

Por otro lado, Aroma sostuvo que “entra en juego la negociación nacional con el FMI ya que de no llegar a un acuerdo tendrá una fuerte incidencia en las cuentas de la provincia”. A días de asumir el nuevo ministro de hacienda, este plantea un escenario muy complejo para Mendoza, destacando la necesidad de un ajuste para salir.

“Si se achica la torta de la economía de la provincia generaría problemas en los recursos fiscales” expresó el economista, lo que lleva a que de cara al 2023 complicaría afrontar estos pagos.

Sobre los pasos de negociación, Aroma sostuvo que “en el diagnóstico vamos a elegir entre dos opciones malas, por un lado no arreglar con el Fondo”, y por otro arreglar, pero negociando las condiciones sobre todo en las tasas de reestructuración de deuda, atendiendo el monto del empréstito, muy por encima de lo que el propio organismo podía sostener.

Sobre las declaraciones del ex gobernador Alfredo Cornejo en un medio nacional de que la provincia nunca había entrado en default y que la situación viene impactada por la nación, el economista expresó que es mentira él planteó, y explicó que “Mendoza si entró en default, y reestructuró la deuda con nuevas condiciones”

“Con el agua al cuello es difícil actuar, pero Mendoza está comprometido con un modelo de ajuste”, sostuvo Nicolás Aroma, quien explicó de qué se trata. Algo importante para el 2022 -destacó- es que se cumpla el plan de obras, sumado a los fondos para la obra Portezuelo del Viento.

Por último, Aroma dijo sobre la comitiva de negociación con el FMI que “el programa que se va a presentar va a tener algunos puntos discutibles, sobre tarifas, tipo de cambio”, con el fin de avanzar también en el plan plurianual, lo que nos indica que hay un avance en la negociación camino a “los números finos”.