Laura Franchi, exiliada Argentina en Francia desde el año 1981, cuenta la experiencia vivida en el partido entre Boca y el Paris Saint Germain, en el año 1982.
Maradona tocó a toda la humanidad. Una buena pandemia se podría decir.
Franchi relata la emoción de cantar el Himno Argentino en un contexto de exilio luego de 6 años presa y una hija nacida en cautiverio. Luego de cantar el himno Maradona se da vuelta, levanta los brazos y nos saluda, luego los goles los festejó donde estaba nuestra hinchada y no donde la embajada Argentina.
Diego conocía la historia y que un hombre público nos salude y tenga esa actitud con nosotros fue muy importante. Luego Maradona se convirtió en ese símbolo.
Hacia las cosas porque las sentía, no estaba en la apariencia, era auténtico. Lo que va a quedar de él es que nunca se casó con el poder y nunca abandonó su lugar.
Maradona tenía una inteligencia natural, hoy en Francia todos están hablando de él. Hasta el gobierno francés emitió un comunicado, salvando las diferencias con Castro y Chávez pero destacando su figura.