Promover la unidad en la diversidad fue una de las metas que se fijaron los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Buenos Aires para la VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la que varios de los mandatarios pidieron acciones concretas que reflejen la integración de la región.
Los detalles sobre el cierre de este histórico encuentro los brinda Adrián Fernández.
"Afirmamos el compromiso de los miembros de la Celac para avanzar con determinación en el proceso de integración, promoviendo la unidad y la diversidad política, económica, social y cultural de nuestros pueblos", dice el texto de la Declaración de Buenos Aires, dado a conocer al cierre del encuentro, en el que estuvieron presentes representantes de los 33 países de la región y que estuvo marcado por la vuelta al foro de Brasil con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
"Ahora estamos con una Celac completa, con Brasil, y la oportunidad de unir a la región es un imperativo que se nos impone y tenemos que lograrlo", dijo el presidente Alberto Fernández en su discurso de apertura de la cumbre, en el que subrayó que "llegó la hora de hacer que la región defienda los mismos intereses" y pidió "encarar un proceso" que lleve "hacia la igualdad y la justicia social".
"Sentimos que hemos llevado la voz de América Latina a todos los rincones del mundo", aseguró el mandatario argentino, que cerró el año en el que ostentó la presidencia pro témpore de la Celac, que fue traspasada a San Vicente y las Granadinas, a través de su primer ministro Ralph Gonsalves.
Lula, por su parte, recordó que en su primer pronunciamiento tras las elecciones de octubre pasado ya había anticipado la vuelta de su país al mundo, después del aislamiento al que lo había sometido su antecesor Jair Bolsonaro, que hace tres años decidió sacar a Brasil del mecanismo regional. "Nada más natural que comenzar ese camino de regreso a través de la Celac", apuntó.
El mandatario agradeció además a los que estuvieron "al lado de Brasil y de las instituciones brasileñas en los últimos días en repudio a los actos antidemocráticos", en referencia a los ataques golpistas a las sedes de los tres poderes en Brasilia por parte de seguidores de Bolsonaro.
En consonancia, la declaración firmada por los líderes de la Celac señala el "firme compromiso con la preservación de los valores democráticos y con la vigencia plena e irrestricta de las instituciones y del Estado de Derecho en la región".
A la vez, expresa el "compromiso con la democracia, la promoción, protección y respeto de los Derechos Humanos".
El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, destacó que el texto final incluyera ambos puntos y pidió no tener una "visión hemipléjica" de la defensa de la democracia, los derechos humanos y las instituciones "según el perfil ideológico".
"Se habla del respeto a la democracia, de los derechos humanos y del cuidado de las instituciones. Claramente, hay países acá, y ya fue dicho, que no respetan ni la democracia, ni las instituciones, ni los derechos humanos", señaló, en referencia a los Gobiernos de Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Lacalle Pou propuso la creación de una zona de libre comercio entre los países que integran la Celac e instó a sus miembros a pasar a la "acción" y evitar que el foro se convierta en un "club de amigos ideológico".
"Para que este tipo de foros subsista en el tiempo, tiene que generar esperanza y la esperanza se genera sobre el camino andado. Sobre la palabra puesta en práctica", sostuvo.
En sus palabras, la fortaleza de este mecanismo está en "la variedad, el cambio y la alternancia", ya que si se cae en "la tentación ideológica", los foros internacionales se desvanecen.
"Por eso, pasar a la acción. Pequeños pasos, pero en una dirección, y no grandes discursos que nos congelen bajo títulos de solidaridad y otros conceptos que son muy lindos, pero que a veces no se ponen en práctica", argumentó.
Pese a estar alejado ideológicamente, el colombiano Gustavo Petro, el primer presidente de izquierda de su país, respaldó a su colega uruguayo en el objetivo de que la integración no depende de las afinidades políticas.
Asimismo, diferenció el Sistema Interamericano de Derechos Humanos de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que a su juicio decidió en el último período vincularse a un tipo de "parcialidad ideológica" y terminó aupando golpes de Estado, lo que desplomó la confianza en el organismo.
En ese sentido, manifestó que apostaría más por la Celac, si este foro logra ser "autónomo" respecto a los cambios políticos de cada país. "Creo que la Celac, hoy, deberíamos considerarla como el verdadero espacio de integración latinoamericana", defendió.
A la vez, convocó a sus pares a pasar de la retórica de la integración latinoamericana a la realidad y propuso una red de energías limpias regional.
"Hay una gran distancia entre la retórica de la integración latinoamericana y la realidad. Hablamos mucho de unirnos, pero hacemos poco por hacerlo realmente. Y yo creo que esa historia tiene que cambiar. De la retórica tenemos que pasar a la realidad", señaló.
Por eso, Petro dijo que la Celac tiene que encontrar proyectos que ayuden a esa unión y mencionó uno en concreto, en el marco de la crisis climática que enfrenta el mundo, que sería una red de energías limpias "desde el sur de la Patagonia hasta la Alaska".
"Si nos unimos, podría otorgar tanta energía esa red eléctrica, que no solamente seríamos excedentarios en la generación de energías limpias para nuestras propias sociedades, sino que podríamos ser un motor para ayudar a las fuerzas progresistas de los Estados Unidos y el Canadá a cambiar su propia matriz de energía eléctrica", consideró.
La crisis peruana, con una ola de protestas que sacuden al país desde diciembre, tras la destitución y detención del expresidente Pedro Castillo, también sobrevoló la cumbre, aunque no estuvo mencionada en la declaración final.
El presidente chileno, Gabriel Boric, criticó de hecho a su par peruana, Dina Boluarte, por la represión de las protestas, que ya dejaron casi 50 muertos, y subrayó "la imperiosa necesidad de un cambio de rumbo" en el país andino.
"No podemos ser indiferentes cuando hoy día en nuestra hermana República del Perú, con el Gobierno bajo el mando de Dina Boluarte, personas que salen a marchar, a reclamar lo que consideran justo, terminan baleadas por quien debiera defenderlas", dijo.
Frente a estos "atropellos", subrayó la necesidad de contribuir en todos los espacios multilaterales para acompañar un "diálogo inclusivo, capaz de construir gobernabilidad democrática y asegurar el respeto a los derechos humanos".
En Buenos Aires también estuvo presente el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, quien se refirió a la exclusión que sufrió su país, así como Venezuela y Nicaragua, en la Cumbre de las Américas que se celebró en junio del año pasado en Los Ángeles y dijo que Estados Unidos "excluyó, fracturó e ignoró" el sentimiento de unidad y soberanía de los pueblos latinoamericanos.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, envió por su parte un mensaje en video para intervenir en el encuentro, dado que no se hizo presente para evitar que se concretara un plan "de la derecha neofascista" para agredir a la delegación venezolana y enturbiar el encuentro multilateral.
"Creemos que ha llegado el momento de que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños comience a construirse desde adentro con una visión muy clara de lo que debe ser el devenir de nuestros países y la necesidad de ir echando sólidas bases en la construcción de la unión de nuestros países, la unión para la liberación, la unión para el desarrollo, la unión para la construcción de un nuevo modelo de sociedad en esta América Latina", detalló.
Por último, los miembros de la Celac instaron a la Asamblea General de las ONU a poner fin al bloqueo contra Cuba, a la vez que saludaron los acuerdos alcanzados el pasado noviembre entre el Gobierno y la oposición de Venezuela en el marco del proceso de diálogo en México.
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