Con la reapertura de los juicios por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura, y a partir de la desaparición de Julio López en 2007 se reglamentó el Plan Nacional de Acompañamiento y Asistencia integral a los querellantes y testigos víctimas del terrorismo de Estado. En Radio Nacional Córdoba conversamos con Silvia Plaza, coordinadora del equipo de acompañamiento psicológico a testigos, víctimas y familiares que funciona en nuestra provincia desde 2008. "Acompañamos ese proceso de recordar, y en ese proceso de recordar vuelve a pasar no sólo por el corazón, vuelve a pasar por el cuerpo, se activan vivencias y sensaciones que exigen un acompañamiento humano y psicológico no sólo del testigo, si no también de quienes escuchan, sus familiares, sus vecinos", explicó la psicóloga.
Consultada sobre la implicancia de los abusos sexuales cometidos mayoritariamente contra las mujeres en los centros clandestinos de detención y que desde 2016 son identificados como delitos de lesa humanidad específicos, señaló que "es una de las experiencias más crueles, que incorpora al cuerpo y a la vida de las personas de un modo que es muy difícil tramitar y procesar, incluso comunicar".
El equipo de acompañamiento interviene desde una ética de la escucha activa ofreciendo un dispositivo de disponibilidad y encuentro para acompañar a los testigos y víctimas cuyos testimonios fueron prueba fundamental en el desarrollo de los juicios. "Son bienvenidas estas instancias de visibilización pero es mucho más profundo que la tramitación de un juicio. Porque lo que pasó fue una experiencia humana y política de aniquilación", subrayó.