En el marco de un contexto económico complejo, y con una crisis sanitaria sin precedentes en todo el mundo, el Gobierno debió cambiar todos sus planes. Con la vida como principal prioridad, el presidente Alberto Fernández desplegó toda la capacidad estatal "para que no falte un plato de comida".

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"Siempre supo que tenía que cuidar la vida ante todo y desplegó esta capacidad estatal para que no falte un plato de comida", sostiene Victoria Tolosa Paz, titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.

Y al rol social del Estado, las iglesias y las organizaciones sociales, se suman los clubes de barrio.

Tras cuatro años al borde del colapso económico, "hoy hacen posible que cientos de miles de niños coman en la Argentina". "En tiempos de crisis, el club vuelve a tener esa gran hermandad que hace posible que los chicos puedan comer", indica, y agrega que "donde hay un potrero, un club, chiquitito o grande, está la solidaridad".

Además, la funcionaria destaca la colaboración de las instituciones deportivas, que pusieron sus instalaciones a disposición del Estado para reforzar el sistema sanitario, mientras la curva de contagios de coronavirus continúa aplanada.