Oriunda de Santa Fe e instalada en la ciudad cordobesa de Río Ceballos desde hace unos años, para disfrutar de su jubilación y de su familia, Pelusa escribe poesías y todavía se anima a prenderse en algún picado. En comunicación con Radio Nacional Córdoba, esta ex futbolista de 76 años compartió su experiencia de vida vinculada al deporte.
Pelusa, como la conoce la mayoría, fue una de las integrantes del mundial femenino del año 1971 que se llevó a cabo en México, experiencia que la llevó a resaltar que, gracias al trabajo de muchas mujeres, hoy el fútbol dejó de ser solo de hombres. “Nosotras le pusimos tacos altos”, sentenció.
Ponce recordó que Argentina fue representante del continente en aquel entonces porque una comisión organizadora visitó nuestro país, las vio jugar y tomó esa decisión. Tal como lo señaló, eran épocas de jugar por el pancho y la Coca, por lo tanto, lo único que les pagó la organización fue el pasaje. Así resumió esa situación: “Llegamos con lo puesto, no teníamos plata ni para mandar una postal a la familia”.
No obstante, su relato continuó con una recepción increíble en el país azteca. Fueron tratadas como “estrellas”, les pedían autógrafos, las invitaban a comer, las niñas les hacían regalos, como una ranita de color verde que recibió ella, con sorpresa, de manos de una pequeña que la admiraba.
Después de tantos años, la actividad reconoce y homenajea a María Esther “Pelusa” Ponce como una de las “Pioneras del Fútbol Argentino Femenino”.
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