Dialogamos con Mariano Skliar, antropólogo, director del Instituto de Formación Docente N°3, y titular de la cátedra de derechos humanos: Educación intercultural. Abordamos una mirada sobre la educación intercultural a través de sus prácticas, las políticas que la llevan adelante, por qué es necesaria para una construcción democrática plural y cómo se transversaliza esta concepción en la formación docente.
Skliar destacó que “No se puede pensar la interculturalidad sólo en lo educativo porque si se trata de analizar e interpretar la relaciones que existen entre los distintos grupos y colectivos culturales esas relaciones se expresan, o podrían expresarse, en lo educativo pero también se expresan en lo territorial, en lo económico, en lo político, en lo ciudadano, en lo epistémico (que tiene que ver con el conocimiento). Entonces un primer problema es empezar a pensar la interculturalidad únicamente focalizada en el asunto educativo”.
Para reforzar la idea, Skliar utiliza una frase de uno de los referentes mapuche del documental Tierra Adentro, de Ulises de la orden, quien expresa que “está todo bien cuando hablamos de interculturalidad y nuestras costumbres, y nuestra manera de cantar, y nuestra cultura, hasta que se pudre todo cuando empezamos a hablar de territorio”. Al respecto, Mariano Skliar remarca que “cuando pasa ésto es porque están apareciendo y haciéndose visibles determinados intereses y conflictos que son históricos, que tienen en este territorio más de 140 años, desde el comienzo de la conquista del desierto”, y refuerza el concepto indicando que “la educación intercultural es interesante cuando aparte de preguntarse y trabajar en lo educativo se pregunta y trabaja sobre las otras esferas de lo social. Y es interesante cuando, primero se entrelaza con otras perspectivas, la de género, la ambiental, de derechos humanos, de una inclusión crítica, no de una perspectiva de la asimilación. Porque son todas estas perspectivas las que atraviesan, transversalizan (o deberían transversalizar) la educación y la formación docente”.
Para definir la idea, el antropólogo señala que “aparte de tener una cátedra, un espacio curricular específico sobre ESI, sobre interculturalidad, ambiente, inclusión junto a las personas con discapacidad, se trata de que esos ejes, que esos paradigmas, atraviesen la vida cotidiana de la escuela, y en eso la formación docente es clave."
Y concluye Skliar que “lo fundamental primero es entender que cuando pensamos en interculturalidad no estamos pensando la inclusión de las minorías a una estructura normal, habitual, blanca, de una ciudadanía argentina que “vino de los barcos”, sino que estamos hablando de pensar y analizar críticamente un conjunto de relaciones culturales que son altamente complejas, que están atravesadas por el poder, y que necesariamente nos desafían a volver a imaginar o reimaginar la totalidad de la sociedad en la que vivimos: El conocimiento, la economía, el territorio, y obviamente la educación”.