A vísperas del 17 de junio, fecha en la que conmemoramos la muerte de Martín Miguel de Güemes, un militar revolucionario salteño y uno de nuestros héroes de la patria, nos ponemos los anteojos violetas para preguntarnos: ¿por qué nuestras únicas fechas de conmemoración son a héroes hombres? Por supuesto que no se trata de algo casual y mucho menos debido a que las mujeres no estuvieron presentes en el proceso de independencia; tiene que ver con un sistema en el que estamos inmersxs, el patriarcal, que sistemáticamente invisibiliza a las mujeres.
En el último tiempo ese sistema se viene desarticulando, y hay personas como Gisela Banzer que a través de su arte rescatan del olvido a mujeres con roles protagónicos en nuestra historia: “Me siento afortunada de ser parte de esto. El tema de visibilizar mujeres que han estado en nuestra historia y que el relato no las incluyó. No es que no estuvieron. Ha pasado con muchas y para mí es muy simbólico lo que ha pasado con Remedios del Valle, esto trasciende la figura de ella. Es como un hito, porque así como pasó con ella, en la historia ha pasado en montones de disciplinas en el arte, en la ciencia.”
María Remedios del Valle fue la militar a la que el general Manuel Belgrano le confirió el grado de capitana por su protagonismo, lucha y valor en el campo de batalla. Y cabe destacar un dato que habla sobre esta invisibilización: solo tres de todas las mujeres pertenecientes a esos ejércitos revolucionarios fueron reconocidas con un grado oficial. Hoy, doscientos años más tarde, María Remedios del Valle comienza a ser reconocida como heroína de la patria y su imagen figura en el nuevo billete de quinientos pesos. La autora de ese retrato es la dibujante y pintora Gisela Banzer que fue seleccionada con su obra “La capitana-María Remedios del Valle”: “Me puse a investigar, por qué llega a ser esta figura que es en la actualidad. Teniendo en ese momento todo en contra: siendo, mujer siendo afro-descendiente, siendo mujer en un ejército de varones. Entonces cuando me metí en esa historia, realmente en ese momento decidí poder servir para hacerla visible.
Lograr un retrato de “la capitana” fue un gran desafío puesto que por su misma condición no existen retratos pintados de ella de la época. Banzer explica que eso estaba reservado para gente de otra condición social y económica, y que existen unos bosquejos contemporáneos, de cómo alguien se la habrá imaginado, que ella también decidió utilizar, porque es “preferible sumar todo y no que te dan una imagen que no tenga nada que ver”. De esta manera se refiere al proceso de elaboración de la obra: “Me puse a investigar un poco sobre los uniformes que se usaron en ese momento y la puse en un contexto que podría haber sido parte del campo de batalla de sus luchas con el general Manuel Belgrano y la elección de los cactus fue porque creo que su vida fue muy dura. Después estuve haciendo un estudio de los rasgos afroamericanos como para poder hacerla lo más creíble en su aspecto.”
Inka von Linden