Hasta hace bien poco, en San Rafael, hacer referencia a la radiofonía suponía hablar –indefectiblemente- de la LV4. Así, a secas, y con el artículo adelante. La familiaridad de los oyentes con nuestro medio, con SU medio, y su notable penetración en la sociedad sanrafaelina hacía que la mayoría de nosotros la llamáramos así, como un familiar: como la mami, como el papi, como la tía o como la abuela.
Los tiempos han cambiado. Si hasta los nombres ya no son los mismos. La llegada de otros medios y el cambio en las condiciones del juego comunicacional han llevado a que las cosas ya no sean como eran entonces.
Dicen que los aniversarios con números redondos imponen balances y proyecciones. Quizás estos 80 años resulten una colina desde dónde mirar a nuestros antecesores y sus enseñanzas, respetando –sobre todo- a aquellos que llevaron a que la LV4 fuera la indiscutida líder de la comunicación del sur mendocino. Y ojalá esa atalaya también sirva para mirar el horizonte del futuro con ansias de progreso, con la vista puesta en la posibilidad de volver a ser ese medio que la gente ponía por encima de cualquier otra posibilidad de información (o acaso alguien no escuchó el célebre “lo dijeron en la LV4” como una sentencia de verdad absoluta).
Los hitos de una trayectoria imponen también agradecimientos por la compañía en el camino recorrido. Y en ese lugar, absolutamente especial, se encuentra nuestro público. Ese que nos ha elegido, que ha celebrado nuestros progresos y que se ha preocupado ante nuestras caídas. Ese que, a pesar de todo y frente a todo, muchas veces nos sigue eligiendo.
Pararse en el lugar de representante de una institución tan grande como LV4 resulta audaz y hasta vanidoso. Pero desde este humilde espacio de opinión quería recordar y homenajear a todos los que construyeron, cimentaron, apoyaron y auspiciaron a nuestra casa: la LV4, con el artículo adelante, como buena sanrafaelina…
Por Alejandro Sosa
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