El éxito de la película Argentina 1985, de alguna manera, trajo la década del ’80 al presente. Ochentista bien puede ser la denominación de una generación política, la que militó en los últimos años de la dictadura, el ’83 y hasta el fin del decenio. Este período permitió la coexistencia y comunicación entre dos generaciones, los setentistas y quienes en esos años se iniciaban su militancia partidaria. Los primeros mantenían y aportaban su idea de revolución. Los segundos, de democracia.
Fue la última generación que –para militar- consideraba necesario leer y estudiar libros y documentos. Desde la Contradicción fundamental de Franja Morada hasta el revisionismo nacional y popular, una lectura en la cual coincidían la Juventud Universitaria Peronista (JUP) y la Juventud Universitaria Intransigente (JUI): Arturo Jauretche, John William Cooke, Juan José Hernández Arregui, Rodolfo Puiggrós, otros. La JUI, además, apelaba a Antonio Gramsci y otros autores marxistas.
Estas lecturas y aquella práctica militante intentaron una síntesis (inconclusa) entre democracia y liberación nacional o revolución. Los primeros pasos dados por los/as ochentistas debieran ser aprovechados si la idea es superar (desde un proyecto popular) a una democracia rígidamente liberal que desde hace años muestra síntomas de crisis.
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