por Marina Kétlerova
Desde muy joven el argentino Pablo Possi ha viajado por el mundo. Ahora se encuentra en Moscú, viviendo con su novia rusa a la que conoció gracias al Mundial 2018 de Rusia.
Una cosa fue llevando la otra, y, con 25 años, su ánimo aventurero lo llevó a Londres, donde vivió hasta hartarse de la vida "estilo Piter Pan".
Asimismo, Pablo dejó el Reino Unido y durante unos meses iba recorriendo Asia, después volvió a Argentina y desde allí en compañía de dos amigos voló a Moscú para vivir el Mundial de Rusia 2018.
Inesperadamente conoció a una joven rusa, Katia, y aquel encuentro imprevisto le definió la vida: lleva un año viviendo a caballo entre Moscú y Buenos Aires, adaptándose a la vida moscovita y aprendiendo el idioma, que califica de "un pequeño desafío".
Mientras que reconoce que el aprendizaje del idioma "es una gran barrera", el carácter "frío" ruso no le espanta ni sorprende.
"Que no sonríen mucho no quiere decir que no sean felices", señala el argentino.
Aunque Pablo no sabe si algún día se irá para buscar suerte en otro ciudad o país, asegura que de momento se siente cómodo "viviendo el momento" en Rusia.
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