efímera y eterna con silvia cordano

Para la periodista Kolesnicov, la falta de "las dos campanas" le quitó "credibilidad" al oficio

La periodista Patricia Kolesnicov, coordinadora general de Leamos y de Bajalibros en Infobae, consideró que "hay muchas empresas periodísticas que se equivocaron en pegarse mucho a ciertas corrientes políticas" y que al oficio le "restó credibilidad" que se haya dejado de buscar "las dos campanas". 

"Hay muchas empresas periodísticas que se equivocaron en pegarse mucho a ciertas corrientes políticas. Cuando yo era más joven era obligatorio tener las dos campanas. Y yo trabajé en Clarín, trabajé siempre en medios grandes, no es que trabajaba en un lugarcito, pero tu editor te decía '¿y el otro qué dice?'. Y de repente eso dejó de ser un requisito, no importaba. A mí me parece que eso fue un error, porque eso restó credibilidad y se sumó al Boca-River que es toda nuestra vida", sostuvo la autora de Biografía de mi cáncer y Me enamoré de una vegetariana. 

Kolesnicov, quien fue entrevistada en el programa “Efímera y eterna”, conducido por Silvia Cordano, aseguró que esto "no es una crisis argentina" porque "en otros países están más acostumbrados a que los medios tuvieran una adscripción partidaria muy clara y acá no".

"Vos tenías La Nación, que era más como un medio como de gente de plata y venido de los sectores tradicionales, la Sociedad Rural. Sin embargo, siempre con muy buena información. Y vos tenías Clarín, que además de los sectores medios tenía el desarrollismo. Yo estaba ahí y había que ver qué dice el otro. Eso se fue corriendo y a mí me parece que eso nos restó credibilidad", insistió. 

La IA y el periodismo 

"A mí me interesa mucho el tema y experimento mucho con Inteligencia Artificial. No tengo vergüenza, no tengo problemas con eso. Y una de las cosas que propuse hacer fue un libro sobre el caso", contó. 

Para Kolesnicov, "el periodismo está complicado por muchos lados" pero no solo por la IA: "la irrupción de los medios digitales hizo que ya no se viera como algo habitual pagar por información".

"El otro día di una charla en la feria; consulté cuántos compraban (antes) el diario (al menos) dos veces por semana, toda la sala levantó la mano. Gente de 40 años para arriba, todo el mundo compraba el diario. Ahora, cuando pregunté cuánta gente paga una suscripción, se levantaron unas poquitas manos. Bueno, eso es inevitable que repercuta en la calidad de los medios, en la cantidad de periodistas, en sus sueldos. Aunque por supuesto hay otros medios de financiamiento y algunos medios los van encontrando", resaltó.

 Y ahí se complicó mucho la ecuación económica de los medios, su lugar en la sociedad también, no solamente económico, sino al haber tanta gente que transmite ya no se sabe quién, quién es quién. Un poco. Yo creo que algunos medios.

Su enfermedad, José Saramago y el asado 

"Yo lo enfrenté (al cáncer) con mucha tranquilidad laboral. Trabajaba en Clarín. Me dijeron no te hagas ningún problema. Me bancaron diez meses perfectamente, sin ni molestarme. Y al contrario, cuando hubo que hacer un lío me llevaron a hacerlo. Hay gente que se queda sin trabajo, hay gente que es cuentapropista y no puede salir a trabajar. Hay gente que va a trabajar igual después de la quimio porque no le queda otra. Yo me podía quedar a deprimirme y sentirme mal y vomitar y vomitar y otros no podían", afirmó. 

Kolesnicov agregó que “Biografía de mi cáncer” hace hincapié en que esa su "experiencia, es una historia" y que cuando lo reeditaron en Bajalibros le puso "Crónica del año que vivimos en peligro porque fue un poco así y porque es una crónica".

En tanto, a Saramago lo conoció cuando le hizo una entrevista en Chile que resultó "exitosa en términos de transferencia" y días después de eso en Buenos Aires, Pilar del Río, esposa del escritor, le pidió un libro suyo que les "encantó", por lo que fue publicado en Portugal por gestiones suyas. 

"Yo vivo en San Cristóbal en un PH, o sea, cero glamour y lo invitamos a comer. Y yo tengo una parrilla eléctrica y a él le gustaba mucho la carne entonces hicimos carne. Él estaba contento. Muy sencillo. Le encantó", indicó.

Y cuando viajó a Portugal también le llevó "un kilo de lomo que era carísimo" y había nueve personas invitadas.

"Yo le digo no, no, no, esto no alcanza. Me dijo 'sí, sí, vas a ver que va a alcanzar'. Y me puso como un chulengo. Una cosa con la que yo traté de hacer un asado que era difícil y Pilar lo cortó finito, finito y sobró como una milanesa. O sea, comían como portugueses. Una feta. A él le pareció una obscenidad la manera en que comíamos carne los argentinos", cerró sobre Saramago y su experiencia con el asado.