En comunicación con Gustavo Carlos Molfino, Hermano de Alejandra Molfino, asesinada en tiempo de la dictadura militar, brindó detalles sobre el Juicio de Contraofensiva Montonera que se realizó el 10 de junio pasado donde el Tribunal Oral Federal N°4 de San Martín condenó a prisión perpetua a 5 de los 6 acusados por la represión a la Contraofensiva Montonera. En un fallo histórico, ordenó revocar las prisiones domiciliarias otorgadas a los imputados y ordenar sus traslados a cárceles del Servicio Penitenciario Federal, previa revisión médica que corrobore que pueden estar en cárcel común. En tanto, se suspendió la condena sobre Apa a la espera de la constatación de su estado de salud.
Los imputados recibieron condenas por delitos de lesa humanidad en perjuicio de 94 víctimas, cometidos por el aparato de inteligencia del Ejército que utilizó como base el predio militar de Campo de Mayo, donde funcionó un centro clandestino de detención ilegal.
Conformado por Esteban Carlos Rodríguez Eggers, Matías Alejandro Mancini y María Claudia Morgese, el TOF N°4 de San Martín condenó a prisión perpetua en cárcel común previa revisión médica, a 5 de los 6 imputados que llegaron al final de este juicio. Eduardo Ascheri, Marcelo Cinto Courtaux, Jorge Bano, Luis Firpo y Roberto Dambrosi fueron condenados a la pena de prisión perpetua e inhabilitación absoluta, con accesorias legales, por hallarlo coautor penalmente responsable de los siguientes delitos, todos los cuales concurren materialmente: homicidio con alevosía y con el concurso premeditado de dos o más personas. En tanto Jorge Norberto Apa, quien todo indica iba a recibir hoy la misma condena, esquivó de la situación por ahora, ya que su abogado interpuso ayer, a horas del veredicto, un pedido de exclusión del juicio por no comprender los hechos en medio de un proceso demencial. El tribunal había anunciado esta mañana que difería su decisión sobre Apa hasta que la semana próxima se constate si puede ser condenado o no.
Los condenados
Los 5 eran parte de la estructura de la Inteligencia del Batallón 601 del Ejército.
Eduardo Eleuterio Ascheri fue Jefe de la División Planes del Departamento de Inteligencia (G2) del Comando de Institutos Militares desde el 16 de octubre de 1978 hasta el 29 de noviembre de 1979; Jorge Eligio Bano, fue Jefe de la División Operaciones del Departamento de Inteligencia (G2) del Comando de Institutos Militares desde el 14 de febrero de 1979 hasta el 16 de octubre de 1980, Roberto Bernardo Dambrosi fue Jefe de la Compañía de Actividades Psicológicas del Batallón de Inteligencia 601 desde el 6 de marzo de 1979 hasta el 17 de noviembre de 1980, Luis Ángel Firpo fue Jefe de la Central Contrainteligencia y Jefe de la División Seguridad del Batallón de Inteligencia 601 desde el 3 de diciembre de 1974 hasta el 31 de agosto de 1980, Marcelo Cinto Courtaux fue Jefe de la Sección Primera de Ejecución del Destacamento 201 de Inteligencia del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo desde el 7 de marzo de 1979 hasta el 17 de noviembre de 1980.
El excluído por hoy es Jorge Norberto Apa, quien fuera Jefe de la División Inteligencia Subversiva Terrorista dependiente del Departamento Interior de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército Argentino entre el 15 de enero de 1979 y el 14 de noviembre de 1980.
Todos los condenados gozaban del beneficio de la prisión domiciliaria, salvo Marcelo Marcelo Cinto Courtaux y Luis Firpo, a quién le fuera revocado ese beneficio el año pasado durante el debate oral y público, después de que se lo fotografiara en pleno paseo para realizar compras.
Un juicio histórico
El juicio comenzó en 2019 e investigó por primera vez a toda la estructura de Inteligencia del Ejército, desde la Jefatura II del Estado Mayor del Ejército y el Batallón 601, hasta los responsables en Campo de Mayo, donde estuvieron la mayoría de las personas secuestradas.
Inicialmente había 9 imputados, pero fallecieron 3 durante el transcurso del debate: los ex oficiales de Inteligencia del Destacamento 201 de Campo de Mayo Carlos Blas Casuccio, Raúl Guillermo Pascual Muñoz y Alberto Daniel Sotomayor.
En los casi dos años de audiencias se escucharon más de 200 testimonios de sobrevivientes y familiares que pusieron en relieve la vida y militancia de quienes participaron de la Contraofensiva, así como el derecho a la resistencia a la dictadura.
El aparato de Inteligencia, el motor de la represión
Entre 1979 y 1980, militantes de Montoneros en el exilio decidieron regresar a Argentina en el marco de la denominada Contraofensiva con el objetivo de realizar acciones de resistencia a la dictadura junto a integrantes de la organización que se encontraban en el país.
A través de su aparato de inteligencia, el Ejército planificó y llevó adelante junto a otras fuerzas la persecución a quienes integraban la Contraofensiva a través de secuestros, tormentos, homicidios y desapariciones, que se realizaron en distintos puntos del país, zonas fronterizas y también en el exterior.
Durante el debate, a través de testimonios de especialistas y de exmilitares y de documentos desclasificados, se logró reconstruir el funcionamiento de ese aparato, la circulación de la información, desde los centros clandestinos de detención hasta las máximas instancias del Ejército, y su importancia en la represión.
La causa profundizó sobre esta estructura en Campo de Mayo, donde fueron llevadas la mayoría de las personas secuestradas. El área de inteligencia de esa guarnición militar fue denominada Destacamento 201. Allí el imputado Cinto Courtaux era jefe de la Sección Primera de Ejecución. Esta dependía del Comando de Institutos Militares, donde tenían jefaturas en el Departamento de Inteligencia los imputados Bano y Ascheri.
Los destacamentos de Inteligencia de todo el país, como el 201 de Campo de Mayo, reportaban y recibían información del Batallón de Inteligencia 601, al que pertenecieron Dambrosi, como jefe de la Compañía de Actividades Psicológicas, y Firpo, como jefe de la Central Contrainteligencia y de la División Seguridad.
A su vez, este batallón dependía de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército, máximo organismo de Inteligencia de la fuerza, donde Apa formó parte como jefe de la División Inteligencia Subversiva Terrorista.
“El sistema entero de inteligencia montado por la dictadura funcionó como un todo orgánico dentro del cual sus miembros conocían perfectamente bien que cada una de sus acciones, como engranajes de una máquina, terminaban en el secuestro de alguien, en la tortura de alguien, en la muerte de alguien, en la desaparición de alguien, en la apropiación de algún niño o niña, en una probable violación, en cometer en definitiva hechos atroces y aberrantes”, señaló la querella unificada en su alegato.