El 13 de abril de 2004 falleció Ernesto Laclau, argentino, el más destacado teórico global del populismo. La fecha fue pretexto para hablar de La razón populista es uno de sus principales libros. Desde su primera edición, hace 18 años, refutó por adelantado a todas las simplificaciones dichas después y hasta estos días por una derecha periodística que presume de una superioridad moral e intelectual respecto del populismo, pero que se muestra vulgar e iletrada a la hora de conceptualizarlo. En base a La razón populista de Laclau dijimos algo sobre el populismo pero –antes- a qué no puede ser reducido.
En este sentido, el fenómeno no se limitado a la demagogia; a un tipo de gobierno asistencialista; a una economía que gasta mas de lo que produce; no es sinónimo de corrupción, autoritarismo ni otras zonceras políticas y periodísticas de nuestro tiempo. El populismo es un modo de hacer política que ordena los múltiples conflictos inherentes a cualquier sociedad en dos campos: los de arriba y los de abajo; el poder y el pueblo, que no es una clase o alianza de clases sociales.
Es una construcción permanente a través de discursos que hilvanan demandas particulares de los sectores subalternos y en esta articulación horizontal definen una identidad mas abarcadora, el pueblo. Esto es algo de lo que dijimos a propósito del fallecimiento de Ernesto Laclau, el 13 de abril de 2004.
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