Capítulo 358 JUANA PIMIENTA

¿Qué hiciste con el amor mientras otros sufrían? (Lado A)

Este cuento que te cuento, nació del miedo –un texto de Claudia Korol-. Un miedo que creció en las paredes cimentadas sobre el individualismo, la desesperanza, el virus del olvido. Primero fue el miedo lógico a la represión, y el miedo después a la impunidad, fue el miedo a las heridas que quedaron como cicatrices en los cuerpos arrasados. En tiempos de pandemia se multiplicó el miedo a la enfermedad, el miedo a la muerte, y el miedo incluso a la vida. El neoliberalismo sembró el miedo a la soledad, el miedo a la oscuridad y a la mucha luz, el miedo impuesto al fracaso, el miedo desordenado al desamor, que nos inhibe de amar con plenitud. La cultura arrasadora del sálvese quien pueda nos agregó el miedo a no entender y a entender demasiado, el miedo a la debilidad de no poder, y el miedo al poder, el miedo a la resignación, y el miedo a triunfos bizarros. Ahora el mundo plagado de miedos, ruge de rabia, de indignación y de impotencia. Se levantan las olas de miedo, en el mar que no quiere vestirse de petróleo, en la humanidad destrozada en Gaza, en la crueldad que no sabemos cómo detener. Pero el miedo es la voz que nos ordena y disciplina. Y frente a eso nos queda la rebelión de perder el miedo, de mirarlo a los ojos, de reconocer en él nuestras posibles cosechas de imposibles. Perder el miedo. Que no hablemos con su lenguaje. Que no nos paralice su fuerza irracional. Perder el miedo, como única manera de decir nuestra palabra verdadera, y de vivir, amar, hasta vencer los fantasmas, hasta que todo vuelva a colocarse en modo de horizonte que nos invita caminar, hasta que caminemos sobre las huellas de nuestras Madres, 30 mil veces dibujadas en nuestra historia colectiva, y en nuestras victorias cotidianas. Vencer el cuento del miedo, escribiendo cuentos con abrazos que conjugan la magia del encuentro.