Todas las cámaras empresarias rechazaron la suma fija para trabajadores del sector privada dispuesta por el Ministro Massa. A propósito de esta actitud de nuestras burguesías, (que es permanente, estructural) vamos con estos tres puntos. Uno: desarrollo y crecimiento” son dos palabras que se aparecen y se reiteran en los programas y discursos de “los tres tercios”. Dos: un país con desarrollo y crecimiento necesita de un sujeto social que lo promueva. Tres: toda vez que hablamos de capitalismo, ese sujeto es una burguesía con una mirada que vaya mas allá de sus propias e inmediatas ganancias. Y todo indica que no existe tal cosa. Por ejemplo, lo que dije.La suma fija de 60.000 pesos que anunció Massa mereció en rechazo de todas las cámaras empresariales de Córdoba. También del país.
La Confederación argentina de Medianas empresas, CAME, La Cámara argentina de Comercio, CAC, la Unión Industrial Argentina, la UIA y el G6, Grupo de los 6 de Córdoba hablaron de una indebida “imposición del Estado en las relaciones laborales”. Con las burguesías representadas en estas corporaciones (que son todas o casi todas) no se puede garantizar una Argentina con desarrollo y crecimiento estables, socialmente viables. Reitero esto: Unión por la Patria, Juntos por el Cambio y La libertad avanza proponen un país con “desarrollo y crecimiento”. A primera vista, uno puede intuir diferencias entre Massa por un lado, y Bullrich y Milei por el otro. Se supone, podemos suponer que Unión por la Patria habla de “desarrollo y crecimiento con inclusión social”, había cuenta su composición kirchcherista.
El peronismo histórico hablaba de “justicia social”, que es otra cosa. Juntos por el Cambio y La Libertad avanza no adjetivan su “desarrollo y crecimiento”. Pero es fácil inferir de qué se trata. Se trata del “desarrollo y crecimiento” que en su momento promovieron Menem y Macri. Las dos derechas de los actuales tres tercios son una actualización apenas matizadas de lo que ya fracasó, si por fracaso entendemos pobreza, malestar, exclusión, hiperexplotación social.
Pero sea cual sea el crecimiento y desarrollo que se pretenda, decía, ese proyecto necesita de un sujeto social que lo promueva y en el cual apoyarse. Y como hablamos de capitalismo, el sujeto que debe liderar a ese proceso se llama “burguesía”. Definamos en forma muy resumida qué, cómo sería una burguesía nacional para un país con desarrollo y crecimiento nacional socialmente sustentable. Es una burguesía productiva sin necesidad de subsidios y apoyos estatales. Sus intereses de clase están más vinculados al desarrollo nacional que al mercado internacional.
No es una clase dominante sino una clase dirigente. ¿Cuál es la diferencia entre ser clase “dominante” y ser una clase “dirigente”. La clase dominante se impone por las malas. Si son necesarias dictaduras, a través de dictaduras. Y en democracias de democracias de baja intensidad popular, a través de la represión.A través de los aparatos represivos del Estado.
Acá podemos pensar en Bullrich y en la experiencia gubernamental de Cambiemos. Una clase “dirigente”, en cambio, lidera un proceso, en este caso burgués, pero incluye parcialmente los intereses de las clases subordinadas. Hoy no existe en la Argentina una burguesía que cumpla con estos requisitos mínimos. Solo me detengo en este último rasgo. Una burguesía para el desarrollo y el crecimiento socialmente sustentable se constituye como clase dirigente y no dominante. Si es dirigente, reitero, dirige e incluye parcialmente los intereses, en este caso, de los trabajadores. Dirige un proyecto burgués aceptando esta poca cosa, la suma de 60 mil dispuesta por el Ministro Massa.
Esta burguesía mira el largo plazo, sabe que su proyecto es viable con los tres tercios y por lo tanto hace sus apuestas con cualquier tercio y en lo inmediato cede. Cede con la suma fija. Pero no.Tenemos burguesías voraces que solo saben imponerse por las malas. Pero por las malas su proyecto de clase no es socialmente viable, no es sustentable en el tiempo. Y si no que recuerden a las 14 toneladas de piedras y al Gordo del Mortero como símbolo del límite social que tiene su proyecto burgués no negociado, su proyecto como clase dominante y no como clase dirigente.