Juan Pablo Romero Seoane, quien está a cargo de la oficina de Defensa al Consumidor local, destacó que las denuncias tomaron un nuevo “target”. Antes, se trataban más casos de reclamos ante productos “no consumibles”, como electrodomésticos, hoy en día la gente reclama los precios de alimentos.
“La gente ve disminuido su poder adquisitivo, y produce que se dejen de comprar cosas. En la oficina hemos visto que los problemas que tenía la gente eran con bienes no consumibles ahora se trasladó a cosas de supermercado, comida” explica Juan Pablo.
Dicho departamento (Defensa al Consumidor), ejerce en la jurisdicción municipal la función de dirección, coordinación e instrumentación de las actividades de información y, en general, protección del consumidor y usuario de bienes y servicios; en tanto tiene como objetivo garantizar que se respeten los derechos de todos los habitantes en materia de consumo.
En referencia a la telefonía celular, tópico que encabezaba los reclamos, comentó: “bajaron notablemente los casos de denuncia ya que hemos armado un nuevo sistema que nos permite disminuir la carga administrativa y solucionar de forma mucho más eficiente los reclamos. Tomada la denuncia mandamos inmediatamente a la parte de relaciones de consumo de la empresa y de esa forma le damos 10 días hábiles para que solucione el problema o haga algún tipo de propuesta”.