En 1720, el Elector Carl Philipp se mudó de Heidelberg a Mannheim y con él se llevó a su familia, su poder, sus pertenencias y su orquesta, la más numerosa de toda la región. El interés y la prosperidad del Elector prusiano hicieron que, 20 años después, la orquesta hubiera crecido aún más incluyendo a algunos de los virtuosos más notables de aquel tiempo de cambios. Uno de ellos fue el bohemio Johann Stamitz que, en 1750, fue nombrado director. Bajo su guía, la orquesta adquirió nuevas prácticas interpretativas que la transformaron en el ensamble más célebre cuando el clasicismo se estaba consolidando. Sus crescendi y diminuendi, una práctica inexistente en el Barroco, y el novedoso trato de vientos y cuerdas como grupos instrumentales independientes le dieron un sello distintivo hasta tal punto que hoy se habla de la Escuela de Mannheim, una de las más importantes del Preclasicismo. Además de Johann Stamitz, formaron parte de la Escuela de Mannheim músicos como Franz Xaver Richter, Christian Cannabich y Carl Stamitz. Cuando Viena se convirtió en el centro más dinámico del clasicismo, hacia 1760, Mannheim perdió su relevancia pero las semillas del estilo de su Escuela habían germinado espléndidas en las orquestas de Haydn y de Mozart.
Christian Cannabich