Hay artistas que utilizan a la zamba, a la chacarera, a la vidala, a la milonga para hacerles preguntas.
O quizás no les hagan preguntas, pero encuentran en estos ritmos respuestas. No sólo respuestas para sus almas inquietas sino también respuestas para su pueblo. Un artista que ha sabido hallar respuestas en la música folklórica es Carlos Di Fulvio.
La chacarera tiene respuestas silvestres, evangelios paganos, honduras montaraces.
Según Marcelo Simón hay varios tipos de chacareras: la santiagueña, la de Yupanqui y la de Di Fulvio.
Es inevitable que un artista que abreva en el folklore, la historia lo convoque, lo invite a cantarla. La Tierra y la Historia dialogan, la tierra hace su llamado, la historia ofrece los pentagramas de su memoria.
¿Existe una receta para hacer un clásico, para hacer una canción a lo Di Fulvio?
Cada ritmo es un espejo espiritual, un conflicto cultural, un héroe del silencio, un movimiento del alma pueblera.
La guitarra criolla hecha de batallas de cielitos y vidalas, guitarra hecha de ríos de chacareras, de cerros de bagualas, de desiertos de milongas; guitarras de gauchos cantores que tanto conmovieron a Sarmiento y guitarras de resistencia que tan bien pintó José Hernández.
Un guitarrero como Carlos Di Fulvio sabe qué cosas hallar en el alma de su guitarra.
El guitarrero se asoma a su guitarra y encuentra el otro lado del silencio.
De tanto abrazar al madero, el guitarrero Di Fulvio reconoce su estirpe de pájaro, su memoria de árbol.
Locución: S. M. Tovarich
Idea y Guión: Pedro Patzer
Edición Artística: Fernando Salvatori
Producción: Fabiana Álvarez – Alejandro Carosella
Actor Invitado: Oscar Naya
Dirección Artística: Marcelo Simón
Etiquetas: Carlos Di Fulvio, Salamancas y caminos