En el espacio de Verano 2021 Mario Giorgi hizo su habitual editorial, donde habló del caso del paciente con coronavirus que murió ayer en el Sanatorio Otamendi luego de que un juez ordenara tratarlo con dióxido de cloro.
“La intromisión de la justicia en la salud, recibió el repudio de medio centenar de sociedades científicas. El fallo del juez federal Javier Pico Terrero convalidó la medida cautelar presentada contra el sanatorio Otamendi, y ordenó que se administrara ibuprofenato de sodio a través de nebulizaciones y dióxido de cloro mediante vía intravenosa, a una persona en estado crítico con coronavirus que luego murió. Las críticas al juez suman el aval de las entidades al accionar del sanatorio, que se negó a suministrar esa medicación, ratificando que se trataba de un tratamiento no autorizado por la ANMAT.
La Justicia no debe obligar a los médicos a indicar un producto o una medicación que no tiene respaldo científico.
Aunque no hay que olvidar que el que recomienda el uso de un desinfectante fue un médico. El caso abre otro debate sobre los alcances de la justicia tan devaluada en otros terrenos, también en las delicadas situaciones de salud, y sobre todo cuando se haya en juego las vidas de las personas”, expresó.
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