En el caso de la muerte de Juan Carlos Vásquez (56), el hombre que fue salvajemente golpeado el pasado viernes mientras viajaba en un interno de la línea 107, la situación de Pablo Agustín Rivas (19) y su padre Juan Pablo Rivas (46), quien manejaba el ómnibus en el que se encontraba la víctima, se complicó aún más a partir de testimonios que presenciaron el hecho. “Mi papá sólo le reclamó al chofer para que él pueda descender del vehículo. Le dio un golpe –el hijo del colectivero- y de un empujón lo tiró del colectivo. Lo que nos cuentan los primeros testigos es que le habrían pegado en la sien o en la mandíbula. El golpe de la cabeza con el pavimento le provocó una fractura de cráneo transversal. Nos entregaron el cuerpo a las 00 y ahora a las 13 lo tenemos que sepultar. Es algo muy doloroso. Queremos que la gente que vio todo colabore y que se haga justicia”, pidió entre lágrimas Augusto Vásquez, hijo de la víctima.
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