Un dos de marzo de 2016 cerca de la madrugada, la líder del pueblo lenca Berta Cáceres, fue asesinada en su casa en la ciudad de La Esperanza, en Honduras. Cáceres llevaba años de lucha contra el proyecto hidroeléctrico Agua Zarca en la comunidad de Río Blanco.
Este proyecto fue parte de una lista de concesiones mineras e hidroeléctricas otorgadas después del golpe de Estado a Manuel Zelaya en 2009. Ninguna de las concesiones contó con una consulta libre, previa e informada según lo ordena el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el derecho a la consulta para los pueblos indígenas.
La defensa del territorio liderada por Cáceres fue criminalizada por los sucesivos gobiernos del partido Nacional. Con el gobierno de Porfirio Lobo (2010-2014) Cáceres fue perseguida y acusada de causar pérdidas a la empresa Desarrollos Energéticos (DESA).
Y con el entonces presidente Juan Orlando Hernández (quien actualmente enfrenta juicio en Estados Unidos por introducir 500 toneladas de cocaína al país norteamericano), no se tomaron los recaudos para proteger a la líder lenca, a pesar de que contaba con medidas de protección de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
Los familiares y la principal organización indígena lenca de Honduras exigen justicia y captura para los autores intelectuales del crimen. Cáceres fue recordada en un acto en la ciudad de La Esperanza con un altar y ofrendas en honor a su lucha por el pueblo lenca.
La familia de Berta Cáceres y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) que presidía la líder lenca, mantienen el reclamo de justicia “para que todas las personas involucradas en su crimen sean enjuiciadas y castigadas”, indicaron en un comunicado.
Hasta el momento sólo uno de los autores intelectuales fue condenado: el año pasado David Castillo fue sentenciado a 22 años de cárcel.
INFORME Y WEB: Josefina Adrover - AREA DE PUEBLOS INDIGENAS
EMISORA: LRA4 - Radio Nacional Salta