Sergio Massa está en nuestra provincia en un tour de campaña. El actual ministro de Economía y precandidato presidencial de Unión por Todos es un “arribista del poder”. Esto no es una crítica. Así tituló a su libro, con poca carga valorativa, el periodista Diego Genoud. El subtítulo dice “historia no publicitaria de Sergio Massa”. Lo que digo es en base a lo dicho y escrito por el autor del libro. El Massa de Genoud es un político que siempre estuvo y está buscando su oportunidad, no importa dónde, cuándo ni a dónde lleve esa oportunidad aprovechada. La coherencia de Massa es la de cualquier animal político: la búsqueda y la conservación del poder conquistado. Su destreza política le permitió aplicar un ajuste que ni La Cámpora ni Cristina Kirchner le hubiesen permitido a Martín Guzmán. La vicepresidenta lo respalda y es la gran garante del plan económico aplicado por Massa. Cristina es a Massa lo que Duhalde fue a Menem. Uno hace el ajuste y el otro (otra en este caso) garantiza la contención social, en particular en la provincia de Buenos Aires. Sergio Massa seduce más en el poder que en las bases sociales. Conquistar o reconquistar la simpatía, el voto popular es el rol de Cristina Kirchner. En la columna desarrollamos esta idea.
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