“Texto y contexto”, dijo y dice Cristina Kirchner. Afirmamos que esta es la nueva versión de la teoría que dice “no hacemos más porque no dan las relaciones de fuerzas”. La fugaz candidatura de Wado de Pedro entusiasmó a la militancia. La vicepresidenta había anticipado que el proyecto debía ser continuado por “los hijos de la generación diezmada y esta nombre y biografía expresaba con nitidez la idea. Pasaron cosas y a las 48 horas el candidato pasó a ser Sergio Massa. Es conocido el desconcierto y la desilusión inicial en el activismo kirchnerista. Nada mas lejos “del proyecto” que el Ministro de Economía. Pero “Sergio Massa” era el texto. Faltaba “el contexto”, que era/es la deuda heredada de Macri cuyo pago gestiona Massa y es Massa quien –en este contexto- resolvería el problema en forma favorable a los intereses nacionales. También era/es la amenaza de la derecha en sus diferentes versiones. En el 2015 el texto era Daniel Scioli y el contexto era ganarle a Macri. Ganó Macri y el contexto se derechizó.
En el 2019 el texto era Alberto Fernández porque contexto pedía un candidato moderado que pueda ganar votos de centro. Triunfó el Frente de Todos y el contexto se derechizó aún mas, emergencia de Milei incluida. Entonces y como consecuencia, ahora el contexto demanda a Sergio Massa. Como conclusión proponemos que el respeto al contexto derechizado produjo mas derechización propia y ajena. El problema es considerar al contexto como algo dado, como algo que está ahí esperando para justificar cualquier texto. Un techo indestructible. Que es algo ajeno y externo a las acciones humanas, políticas en particular. La política bien puede ser entendida como una práctica que produce contextos favorables al proyecto que se quiere impulsar. Que genera condiciones propicias para transformar lo existente, si esta es la idea. El contexto heredado fue hecho, conformado, por otros. Y quien se limite a respetar ese contexto existente, es inexorable que el único proyecto posible sea de otros. Perón, desde la Secretaría de Trabajo y Previsión, construyó el contexto que hizo posible el 17 de octubre. Ese contexto no estaba dado a priori.
El 2001 construyó el contexto que hizo posible a Néstor Kirchner y al primer ciclo kirchnerista. En los tiempos de Scioli, ante la dificultad de argumentar ideológicamente su candidatura, se decía que “el candidato es el proyecto”. Scioli aparecía en la boleta. Pero el candidato era el proyecto entendido como continuidad y profundización del kirchnerismo de los orígenes. Si ahora el candidato es el contexto no está claro (desarrollamos en esta columna) que en el kirchnerismo se haya producido avances a la hora de enfrentar coyunturas electorales, desde Scioli, pasando por Alberto Fernández y hasta llegar a Sergio Massa. Resumimos el apunte para discutir con estas palabras: ¿el candidato es el contexto; éste determina proyectos o el proyecto es resultado de una voluntad política que lo ensancha para que quepan en él programas que no se limiten a reeditar lo que el contexto ya dado permite?