Las elecciones (provinciales y municipales) pasan y el Fondo Monetario Internacional queda. Todo indica que pasarán las presidenciales y habrá pocos cambios en la relación con el Fondo. O si hay cambios será para peor. Sergio Massa tiene un discurso para las PASO y otro para las generales. En las primarias necesita convencer al voto kirchnerista y por este motivo, entre otras cosas, reitera que su idea es “pagarle al Fondo para que no vuelva nunca mas”. Una consigna que remite casi explícitamente a Néstor Kirchner. Un editorialista de Clarín agrega “pero sin plata”. Decimos que no es tan así. Efectivamente, Kirchner tenía en su favor el ciclo mas que propicio para el ingreso de divisas a través de la exportación de soja y otros granos. Pero si se trata de pagar, plata hay. Recordemos las tres posiciones que hay con respecto a la deuda externa. Juntos por el Cambio y su ejército de periodistas dicen que hay que pagar tal cual lo pide el Fondo y haciendo lo que pide el Fondo. Es decir, ajustando y realizando las llamadas “reformas estructurales que demanda el organismo. Exigen esto porque es su programa de gobierno, por ideología y por intereses económicos muy concretos que representan. Afirman, casi textualmente, que si el Frente de Todos paga y empieza a hacer lo que le pide el fondo le dejará las tareas ya iniciadas para cuando creen que ellos van a asumir el gobierno. La otra posición es la del Frente de Izquierda. Su propuesta no es “el no pago” sino el “desconocimiento soberano de la deuda”. No es lo mismo y tiene jurisprudencia internacional a la cual en un momento histórico apeló incluso Estados Unidos. El problema no es jurídico sino político. Por más que, en este hipotético caso, la Argentina tenga la ley de su parte, como se dice, “Argentina quedará aislada del mundo” etc. Para que esto no ocurra, o como medidas defensivas si esto ocurre , la izquierda propone como medidas complementarias la nacionalización del comercio exterior y otras iguales o muy parecidas a las implementadas por Perón en su primer gobierno. La tercera es la del “kirchnerismo pre Massa”. Esta dice que hay que pagar y en algunos momentos de la discusión agregó la pregunta “quién y cómo se paga”. Básicamente ¿cuál es la fuente de recursos para pagar? Y acá volvemos a la diferencia entre los tiempos de Néstor Kirchner y los actuales. ¿Cuándo Kirchner saldó la deuda con el Fondo había plata y ahora no?. No. La respuesta precisa es “había plata por la soja, por los comodities y ahora no”. Pero plata hay. La única vía de pago no es reducir “lo que sale” del Estado. Es decir el ajuste, por otro lado socialmente inviable o solo viable con la violencia que promete Bullrich. También el Estado puede aumentar sus ingresos. El Estado tiene tres vías principales para la obtención de recursos: deuda, emisión e impuestos. Deuda no por motivos obvios pero –además- porque lo que la Argentina pide al Fondo es más deuda para pagar la deuda Emisión. Aceptemos la negativa de la ortodoxia económica al respecto. Quedan los impuestos. ¿Impuestos a quién? Una argumentación por el absurdo (pero no tanto) sería aumentar el IVA, el impuesto a la yerba, a la polenta, a los pobres, a la mayoría. Pero ahí abajo ya no hay nada que sacar, está todo seco. Hay que mirar mas para arriba encontrar los miles de millones de dólares necesarios para pagar la deuda. Hay problemas y un pongo un solo ejemplo de estos días. La Asociación Empresaria Argentina rechazó una medida mínima de Massa, un nuevo anticipo extraordinario del Impuesto a las Ganancias del 15%.Lo tendrían que pagar empresas de más de $600 millones de utilidad en el último ejercicio económico. Pero no. Este problema tampoco es económico y también es político. Parafraseo a la Vicepresidenta y termino diciendo: “para que a la deuda las paguen los cinco vivos que se la llevaron y se la siguen llevando en pala”, es necesario construir escenarios para que eso posible. Un escenario con relaciones de fuerzas que permitan imponer esta decisión a los cuatro o cinco vivos. Si esta es la idea, se la puede empezar a concretar desde ya. Esto (hipotéticamente) aumentaría las posibilidades de Massa de ser presidente y –una vez en el gobierno- tendría mas fuerza aún para obligar a que a la deuda la paguen quienes corresponde. Todo esto, claro, si la idea es pagar. También hay otras alternativas que responden mejor a los principios de soberanía política e independencia económica.
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