Manuel Tagle, titular de la Bolsa de Comercio de Córdoba, resumió en pocas palabras el ajuste demandado por la corporación que representa y sus aliados de clase. “Hay que sacar los subsidios que estimulan los embarazos”, dijo, para referirse a la Asignación Universal por Hijo. Aumentar la edad jubilatoria, indemnizaciones reemplazadas por un seguro de desempleo financiado por el trabajador a ser despedido, actualización (aumento) de las tarifas de servicios públicos, entre otros puntos programáticos que ya son lugares comunes de la derecha política y mediática. En esta columna decimos que a Tagle, para sostener sus afirmaciones, le falta investigación empírica, “actualización doctrinaria” y realismo político. UNICEF ya proporcionó los estudios sociológicos que esta ideología desconoce o dice desconocer.

La institución de las Naciones Unidas demostró, con datos de campo, que la relación entre AUH y embarazos sencillamente no existe. El atraso conceptual de nuestras altas burguesías empresarias, comerciales y financieras omitie pedirle a Google sinónimo de trabajadores, pobres o clases bajas. El primero que aparece es “proletarios” por su tendencia a tener mucha prole. Que en el Imperio Romano, cuando surgió el término, fue exigencia  para que las clases bajas contribuyan con lo único que podían aportar a sus ejércitos, hijos. Y en esa época no había AUH. A las medidas solicitadas por Tagle también les falta realismo político porque no son socialmente sustentables. Al pueblo que quiere exprimir (más aún) ya no le quedan gotas de paciencia. Y puede reaccionar.

No obstante, Manuel Tagle cumple con su función: señalar el programa de máxima para sus partidos (Juntos por el Cambio y La libertad avanza) y también para el espectro de centro y aún de centro izquierda. Estas fuerzas toman nota para saber que se trata, apenas, de suavizar un poco el programa de Tagle.

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