Marcelo Urruchúa dialogó con Daniel Torrisi, vocero de la ATFA ( Asociacion de Técnicos del Fútbol Argentino) y fue lapidario para con Ricardo Caruso Lombardi quién llamó de "burros" a los técnicos del interior. "Han caído muy mal en todo el país las palabras de Caruso".

Desde la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino manifestamos nuestro repudio a los dichos del Sr. Ricardo Caruso Lombardi, hacia nuestros colegas D.T del Interior de nuestro País. El nombrado, en una transmisión en vivo de la sindicada Lista 26 AFDT, realizó manifestaciones tales como: "A los técnicos del interior les cuesta un poco más meterse porque son de burros. Para preguntarte algo, se vuelven locos, no sabés lo que són, Dios mío(...)"

Estas expresiones son muy graves, más aún proviniendo de una persona de las denominadas mediáticas, muy populares y conocidas, cuyo efecto expansivo y replicante es mucho mayor.

Se torna intolerable la utilización de tal expresión especista, esto es, para denostar hace referencia a un animal como un “Burro”, es porque considera que el animal es un ser inferior y por lo tanto, a las personas a las que hace referencia, como acción o tradición que, tratando de forma despectiva a los animales, impregna el lenguaje, que no solo es sexista, homófobo y racista, sino también especista.

Lamentablemente, las palabras y expresiones especistas son una extensión de la discriminación hacia los animales en nuestra cultura. Pero lo más lamentable, es que este tipo de dichos refiriéndose a los compañeros “técnicos del interior”, dejan entrever el binomio inferior-superior, que han causado muchos de los episodios más violentos vividos por la humanidad y por supuesto también en nuestro país.

Somos una institución de carácter federal y nacional, que abraza a todos nuestros compañeros por igual, y no tolera este tipo de expresiones denigrantes, no solo hacia seres humanos que son nuestros iguales, sino hasta a los propios animales.

El uso del lenguaje a través de medios diversos modo de difusión, debe ser apropiado, no debiéndose tolerar más a personajes que se precian de “cancheros y simpáticos”, cuando el mensaje que dan en el plano real es de intolerancia, soberbia y desprecio por los otros, como demuestra en sus expresiones que por este medio venimos a repudiar.