Se ha perdido la cultura del trabajo. Hace bastante tiempo. La reemplazó la cultura del asistencialismo. Hay muchas familias donde los niños no han visto trabajar ni a sus padres ni a sus abuelos. Ilógico, doloroso.
La franja de trabajadores pasivos no lo entiende. Recuerda haber hecho trabajitos en la niñez y ello no le impidió ir a la escuela primaria y secundaria. Ganar una moneda era la única forma de acceder a juguetes y esparcimiento. Las obligaciones de los papás solo incluían alimentación, salud y educación.
Aquel modelo sirvió para ir formando jóvenes y hombres con sentido de responsabilidad. Los fue preparando para la vida porque, la vida, crea un escenario muy competitivo que exige sin concesiones.
A esos abuelos se lo inculcaron sus padres y ellos hicieron lo propio con sus hijos. Es decir: los niños veían trabajar a sus padres y abuelos. A esos hombres y mujeres, que la remaron duro durante su vida activa, les cuesta entender ésta realidad. Saben que, en 2001, una tremenda crisis excluyó y a muchos hubo que tirarles un salvavidas pero, recuerdan también que antes, en los noventa, las colas para cobrar planes sociales en el Correo tenían una cuadra o más.
Entonces, les viene a la memoria lo del clientelismo; esa máquina de generar seres dependientes de una ayuda a cambio de... ¡Votos! ¿Qué otra cosa?
Esa gente que es mayor también vivió épocas dificilísimas promediando los setenta y a fines de los ochenta. Y la generación que les precedió tuvo que enfrentar la crisis del ´30. "Si habrá crisis, bronca y hambre, que el que compra diez de fiambre hoy se morfa hasta el piolín" (Al Mundo le Falta un Tornillo de Aguilar y Cadícamo grabado en 1930). Y tuvieron que rebuscárselas; no había paraguas estatal. Y detentaron temple para encontrar opciones porque nadie iba a ponerles platos de comida en la mesa.
En el período 2003/15 el país vivió años de importante crecimiento, no obstante aumentó la cantidad de planes sociales. Ahora, el gobierno nacional quiere convertirlos en empleos formales subsidiando a las empresas. El éxito dependerá de si las condiciones económicas alientan las contrataciones En Blanco y si la mano de obra se capacita para ser competente. Para ello tendrá que cambiar una evidente carencia de actitud para laborar.
Por Roberto A. Bravo
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