El padre Diego Cano forma parte de una misión católica en Tanzania. En diálogo con LV4 mencionó que si bien es oriundo de la provincia de San Luis, residió muchos años en San Rafael, donde se formó como sacerdote.
Desde hace 7 años reside en Ushetu, una zona rural de Tanzania, país ubicado en el Este de África. Comentó que habla el Suhaili, la lengua del lugar, “porque si uno no lo habla su lengua no se puede comunicar prácticamente con nadie. Muy poca gente cursa estudios secundarios, por lo que muy pocos hablan inglés”.
El sacerdote describió Tanzania como “un país muy hermoso en su paisaje y naturaleza. Incluso el clima es muy benévolo. Donde estamos nosotros hay montañas, montes y bosques. Aquí no hay invierno y verano, sino 6 meses de sequía y otros 6 de lluvia. Los meses de sequía son calurosos y los más duros, faltan el agua y la comida. Pero los meses de lluvia son hermosos y ayudan a la gente a cultivar y guardar para la sequía. Nuestra misión está en una zona de campo, donde toda la gente cultiva y tiene animales”.
Respecto de la situación social dijo que es un país sin conflictos.
“Gracias a Dios es un país sumamente pacífico, que nunca ha tenido guerra tribales. Tanzania se ha caracterizado siempre por ese valor que es la paz y que mantienen como uno de los valores nacionales y se preocupan mucho en defenderla”.
La tarea que la misión cumple se desarrolla en dos parroquias, que nuclean a 70. 000 habitantes, en un territorio de 2.400 kilómetros cuadrados.
“Es un territorio muy grande, en el que hay 43 aldeas, algunas a unos 40 kilómetros de la Misión, donde tenemos un hospital que atienden religiosas, las Servidoras del Señor y la Virgen de Matará. Es un dispensario, bastante bien equipado para la zona y también tenemos una escuela, de la que se hacen cargo las hermanas”.
Visitar todas las aldeas implica recorrer grandes distancias, tarea que en época de lluvia se hace en botes, por lo que en algunos casos se visitan una o dos veces al año.
Respecto de la situación económica, el Padre Cano explicó que Tanzania es uno de los países más pobres de África del Este. “Las familias dependen de sus propias chacras, en las que cultivan maíz, porotos, maní, algodón y hay otras zonas de cultivo de arroz. Es una economía muy doméstica, donde venden y compran entre sí y tienen pequeños rebaños de unas 5 vacas a 10 chivas y algunas gallinas”.
En relación al impacto del Covid 19, dijo que oficialmente se han dado 508 casos, 180 recuperados y figuran 21 fallecidos. La situación se ha tomado “con mucha tranquilidad y mucha calma, porque no hay otro modo de hacerlo. No se puede hacer cuarentena, por la simpleza de la economía. Si la gente no siguiera esa economía doméstica, se moriría de hambre”.
Cano aseguró que no hay información concreta sobre la cantidad real de casos, porque no hay testeos masivos, no obstante el gobierno ha pedido a la población que sean cuidadosos y que traten de no reunirse. Cerraron los bares y las escuelas, pero no las iglesias, donde se ha pedido que tengan en cuenta las medidas de prevención. Que no se den el saludo de la paz y que se evite hacer ceremonias largas. De ese modo se ha concientizado a la gente.
“Gracias a que las iglesias no se han cerrado, en la misión la actividad es practícame te normal y eso ha ayudado, se les ha podido informar, porque la gente no tiene acceso masivo a los medios de comunicación. Tenemos que trabajar y hemos insistido muchísimo en la prevención, ayudando de nuestra parte, con la tarea que se hace con los líderes en las aldeas”.
“La religión mayoritaria en la isla de Zanzíbar es musulmana, pero en el territorio donde estamos nosotros predomina la cristiana. Pero la gran mayoría de la gente no tiene ninguna religión. Creen en los espíritus, son paganos”.
Finalmente, el sacerdote sugirió visitar el facebook Misionero Tanzania, donde se pueden ver imágenes del lugar donde está enclavada la misión. El padre Cano tenía previsto visitar San Rafael por estos días, planes que se vieron modificados por la pandemia.
“Agradezco estar acá para estar dispuesto y disponible, por si llegara la pandemia, estar al pie del cañón y ayudar en lo que haga falta”.