La estatua ecuestre del General Julio A. Roca en Bariloche está ubicada en el centro de la plaza bautizada como Expedicionarios del Desierto, frente al Palacio Municipal.

La obra es una de las más vandalizadas del país y suele convertirse en el blanco de intervenciones durante las protestas que se congregan en el Centro Cívico.

La controvertida figura de ex presidente y líder de la denominada “Campaña del Desierto” viene generando fuertes debates desde hace décadas.

El intendente de la ciudad, Gustavo Gennuso, propuso trasladarlo sobre las barrancas que dan al lago Nahuel Huapi, a metros del Centro Cívico. La propuesta cuenta con la aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos.

En 2021, especialistas en historia, arquitectura, turismo, patrimonio urbano y filosofía habían presentado, en el Concejo Municipal de Bariloche, una propuesta para “reubicar” la escultura con el argumento que su presencia alteraba “la armonía simbólica que poseía el conjunto y plantea un determinado significado que genera conflictos sociales y políticos que antes no existían".

La intención del ejecutivo es el retiro de la estatua, su restauración y proceder a su reubicación cuando las condiciones climáticas lo permitan, para darle término al proceso antes de fin de año, previo al cambio de gobierno.

El miércoles pasado un juez de Río Negro dictaminó, a través de una medida cautelar, que la Municipalidad de Bariloche debe abstenerse de trasladar el monumento. Por su parte la gobernadora rionegrina, Arabela Carreras, criticó el proyecto del ejecutivo local, que propone sacarlo del Centro Cívico de la ciudad y ubicarlo en cercanías del lago Nahuel Huapi.

Dialogamos con el intendente Gustavo Gennuso sobre la polémica que genera la propuesta del nuevo emplazamiento del monumento.

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