Es necesaria una Reforma Laboral. Lo que sigue es continuidad de la columna de ayer, crítica respecto de las propuestas por Juntos por el Cambio y Milei.  Es necesaria porque las leyes que regulan el mundo del trabajo están desfasadas en el tiempo. Si este es el argumento de alguna derecha política, económica o mediática, tiene razón. Responden a un Siglo XX con Estado de Bienestar y con un sindicalismo fuerte, potente. El Estado protegía con leyes a los trabajadores y la fuerza del movimiento obrero garantizaba el cumplimiento de esas leyes. Con el neoliberalismo que tiene mas años que la democracia, las relaciones laborales se precarizaron, el movimiento obrero disminuyó su peso como actor social, no hay “clase” trabajadoras sino “clases” trabajadoras” muy diversas. Lo que llamábamos “clase obrera” se fragmentó en múltiples segmentos de personas que viven de su trabajo, pero no tienen trabajo en una relación de dependencia estable. Las bases socioeconómicas de Argentina (y del mundo) cambiaron, se deben cambiar las estructuras legales para adecuarlas a esta nueva realidad.  La pregunta imprescindible es “qué cambio”. Desde qué perspectiva. ¿La de los vencedores o la de los vencidos? Elijamos la perspectiva de los vencidos de la Historia. Los vencedores, en la Argentina, vencieron en 1976. O a partir del golpe del 76. Y siguen venciendo. Adoptar el punto de vista de los vencidos supone pararse en lugar de pobres y trabajadores. ¿Cómo sería una Reforma Laboral que piense en estos vencidos? Hay propuestas que circulan por fuera de los medios y aún de las redes. Estos son algunos de sus puntos: Reducir la jornada de trabajo a cinco o cuatro horas diarias y de lunes a viernes. Es una propuesta de la izquierda.Con matices que fue adoptada por diputados y sindicalistas del Frente de todos. Reducción de la jornada laboral pero sin  reducción salarial y con un salario mínimo igual a la canasta familiar. El INDEC dice que hoy equivale a 240 mil pesos. Pero la experiencia de ir al almacén, al súper nomás te dice que es mucho más. Disminuyendo la jornada laboral quedarán horas disponibles que serán ocupadas por trabajadores, trabajadoras hoy desocupados. Una Reforma Laboral progresiva plantea el fin de la tercerización laboral, con el pase a planta permanente de todos los trabajadores, trabajadoras. El mínimo de cualquier salario debe ser equivalente a la canasta familiar. En el siglo XIX, el salario era el monto que el propietario pagaba al trabajador para su existencia y reproducción biológica. Es decir, lo necesario para alimentarse, vestirse. Gastos en salud, algo de entretenimiento y poco mas. Hoy, Siglo XXI, un trabajador/a, con su salario no puede cubrir estos gastos. Menos si alquila Entonces, una Reforma Laboral pensada desde trabajadores y clases populares, debe invertir el punto de partida para ser pensada. Cuando digo “punto de partida” me refiero a estos puntos: cuánto cuesta la canasta familiar que permita una vida digna; todo trabajo es en blanco y estable; trabajo para todos.  Si el sector privado emplea lo mínimo (como es previsible) el Estado tiene mucha obra pública pendiente por hacer y que al mismo tiempo serán nuevos puestos de trabajo. La ley reformada debe garantizar este “mínimo civilizatorio”, como escribió el filósofo italiano Norberto Bobbio. “Mínimo civilizatorio”, en la Argentina de hoy,  es el nivel de vida que tenía la clase media hasta antes de la dictadura. Su salario garantizaba una canasta familiar que incluía vacaciones, consumos culturales, auto, vivienda propia. Para Bobbio el “mínimo civilizatorio” era el punto de partida para pensar la democracia. Una democracia no es tal sin este piso. O este piso, el mínimo civilizatorio es imprescindible para una mínima participación política, democrática. Entre otras cosas porque para pensar, participar, es necesario tiempo. Tiempo que hoy es ocupado una jornada laboral de hasta 48 horas semana. Y mas y mal pago. Por esto es necesaria una Reforma Laboral progresiva. Una Reforma que inexorablemente afectará la ganancia empresaria. El diseño de una reforma laboral de este tipo requiere de técnicos, economistas, pero más de poder político para imponer (porque de esto se trata)  una Reforma como esta a los vencedores, hoy armados con la Reforma que promentn  Juntos por el Cambio y Milei.

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