El subsecretario de Derechos Humanos de la Universidad Nacional del Sur (UNS), Claudio Gallegos, dijo que “llevamos más de 400 legajos reparados de docentes, no docentes y estudiantes. Sus carreras se vieron truncadas por la violencia estatal”.

En la tarde de ayer, en el Aula Magna de la Universidad Nacional del Sur –Colón 80-, se inscribieron los nombres de María Cristina García; Ricardo José González; Daniel Horacio Maidana; Carlos Gregorio Martirena; Antonio Aniceto y Luiz Fernando Monteiro, padre e hijo; José Dante Patrignani; Darío Juan Picco; Susana Margarita Rodríguez; Jorge Oscar Scoccia y Hugo Mario Ziliani en el Memorial inaugurado el año pasado.

La ceremonia fue por el Día de los Derechos Humanos de la UNS, que se recuerda cada 3 de abril. En esa fecha de 1975, la autodenominada Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), que tenía como uno de sus líderes locales al rector de entonces, Remus Tetu, asesinó en los pasillos del complejo universitario de avenida Alem 1.253 al dirigente estudiantil comunista David “Watu” Cilleruelo.

-En el legajo de “Watu” podemos leer por ejemplo “no vino más a trabajar” agregado con una lapicera. Y en cada uno de esos legajos no se cuenta la verdad de lo que sucedió.

Los legajos reparados ayer “se tratan de personas que sobrevivieron pero que fueron cesanteados y se tuvieron que exiliar”.

Sobre si estos actos sirven para que los estudiantes más jóvenes se interesen por la historia de lo que sucedió en la dictadura cívico militar, Gallegos manifestó que “vinieron una gran cantidad. Los jóvenes van conociendo la historia de nuestra universidad y abrazando las causas. La UNS fue víctima, victimaria y escenario del terrorismo de Estado”

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