Para poder gozar, primero hay que saber sufrir, dice el tango,  y vaya si lo hizo el líder Vélez Sarsfield anoche en Liniers ante un complicado Tigre, que lo controló en el primer tiempo, pero se llevó el 1-0 y la victoria buscada luego de tres empates consecutivos, en el cierre de la 21ra. fecha de la Liga Profesional.

Así Vélez (42) le sacó nuevamente tres puntos a Huracán, el único dispuesto a pelearle el campeonato, al tiempo que Tigre (26), ya sin el asedio del descenso, dejó ir una racha de seis cotejos sin derrotas.

Vélez salió a buscarlo con voracidad pero con pocas ideas, mientras que Tigre apostó a resistir los primeros minutos y a lastimar cuando la efervescencia local bajó.

El campeonato entero miraba con atención el desarrollo y pintaba para el cuarto empate en fila de Vélez hasta que Gian Nardelli, en contra, rompió el cero a los 30 minutos del segundo tiempo.

El equipo de Sebastián Domínguez, surgido en Vélez,  tuvo las dos más claras de la primera mitad, con un cabezazo que fue salvado en la línea y otro mano a mano en el que Tomás Marchiori le ahogó el grito a Facundo Ferreyra.

La diferencia en la cancha la hizo Gonzalo Maroni. El habilidoso enganche visitante le trajo varias complicaciones a la defensa velezana. Con simples toques y una movilidad constante la desordenó y generó preocupación en los hinchas locales.

Por el lado de Vélez, todo fue demasiado forzado. Sintió la presión. Lejos de su nivel estuvieron Claudio Aquino y Francisco Pizzini en el primer tiempo; y Braian Romero, famélico de asistencias, se inventó una chance en el final con un intento débil y desviado.

Es verdad que ajustó cosas en el entretiempo y salió diferente, presionó más en la salida de Tigre e insinuó constantemente, pero igual no fue el Vélez de otros pasajes del campeonato, hasta que lo destrabó.

Y una de las mejores opciones de la noche llegó a los 20 minutos en los pies de un errático Pizzini. Mejor, imposible: una pérdida de Gian Nardelli en la salida le regaló la pelota a Aquino, que asistió al ex Talleres para que defina mal en soledad.

A partir de esa situación, Vélez se despertó, al instante lo tuvo Romero -el hombro del arquero  Felipe Zenobio le impidió el 1 a 0-, y se amigó con la pelota.

Y dicen que para ser campeón hay que ligar y Vélez ligó aunque también empujó. El desahogo se dio con un tanto en contra de Nardelli tras dos rebotes. Y este certamen se define por diferencia de gol. Y en la última fecha el “Fortín” recibe justamente a Huracán en Liniers.

Desde la ventaja, Tigre murió en la impotencia y Vélez se relajó al saberse arriba en el resultado, pero no aumentó el mismo. Ahora, el lunes a las 16 tendrá que ir a la difícil cancha de Deportivo Riestra para seguir caminando hacia el título. Mientras tanto, para el 27 de este mes lo espera Boca Juniors en semifinales de Copa Argentina. Quedan seis fechas para el final de la Liga Profesional.