La industria del vino experimenta una transformación que acompaña nuevos hábitos de consumo: los vinos con menor graduación alcohólica se imponen como una alternativa cada vez más valorada por los consumidores. La tendencia refleja una búsqueda de bebidas más livianas, refrescantes y acordes con estilos de vida más saludables.
La periodista y sommelier Marisol de la Fuente destacó en Creer o reventar que este cambio responde a una demanda creciente por productos que acompañen momentos de disfrute sin generar el impacto de las bebidas más tradicionales en términos de contenido alcohólico.
"Los vinos bajos en alcohol están creciendo mucho en Argentina. Trata de lograr un producto que llegue a una audiencia que busca tomar un vino consumiendo menos alcohol y que busca disfrutar del vino de una manera más consciente", expresó, al tiempo que compartió algunas copas de esta bebida con el equipo de Radio Nacional.
Los vinos con menor graduación —que pueden oscilar entre los 6° y 7°— están ganando popularidad en segmentos jóvenes y en mercados internacionales donde el consumo moderado se vincula a una conciencia más amplia sobre el bienestar. También resultan ideales para maridar con comidas frescas, tapas, entradas o para disfrutar en horarios no convencionales, como el brunch o el aperitivo.
Argentina, tradicionalmente asociada a vinos tintos robustos, también se suma a esta corriente con etiquetas más ligeras, especialmente entre blancos, rosados y espumantes. La innovación tecnológica en bodegas permite hoy conservar la expresión del vino sin necesidad de altas concentraciones de alcohol.

Etiquetas: Creer o Reventar, Marisol de la Fuente